En términos generales hay desconocimiento de la gran importancia de una adecuada y específica centrifugación de la sangre para obtener la separación diferenciada de plasma autólogo rico en factores de crecimiento, rico en fibrina, fibrina rica en plaquetas y suero autólogo.
La aplicación de plasma y membranas preparadas a partir de éste, en tratamientos quirúrgicos o clínicos, es un coadyuvante del procedimiento mismo buscando inducir un estímulo regulado de renovación de los tejidos, sin dejar a un lado la homeostasis, con lo que se logra recuperar la fisiología óptima de estos tejidos. El tiempo de cicatrización de cirugías se optimiza.
Obtener una óptima separación y diferenciación de plasma y separación de suero, de la sangre, es una de las condiciones indispensables para que se logren los objetivos de la aplicación de este recurso; y para ello la centrifugación es clave.
Por lo tanto:
• Debe tomarse en cuenta las unidades de fuerza gravitacional relativa a la que se debe centrifugar la sangre para cada caso.
• La centrífuga debe estar perfectamente calibrada para que funcione en total equilibrio. *
• Debe colocarse la centrífuga sobre una superficie fija, muy sólida, para que no se provoque vibración o movimiento irregular.
• Mínimo golpeteo por vibración o movimiento irregular provoca una mala separación de los elementos.
• Al centrifugar, el peso de los tubos que se colocan en el rotor (o tambor) debe ser equilibrado. Para esto se deben colocar los tubos, en pares uno frente al otro con el mismo nivel de llenado entre ellos.
*Constante vibración o golpes provocan el desajuste de la calibración y equilibrio de la centrífuga por lo que si se traslada debe hacerse sobre amortiguadores y protección alrededor.